1. Breve marco de referencia
Coll (2001) expresa que el aprendizaje es un proceso de construcción de significados y de atribución de sentido a los contenidos y tareas, mientras que la enseñanza es un proceso de ayuda que varía en tipo y en grado como medio de ajuste a las necesidades que surgen a lo largo del proceso educativo. Agrega que el proceso de interacción entre estudiantes permite que se pongan en marcha procesos interpsicológicos de construcción del conocimiento que favorecen la significatividad del aprendizaje y la atribución de sentido al mismo, y que difícilmente se producen en la interacción profesor-estudiante.
Trasladando estos principios rectores a la organización de las aulas virtuales, otorgaremos un valor fundamental a los espacios colectivos que permitan crear una zona de comunicación, intersubjetividad y colaboración entre los estudiantes, como es el caso de los foros que pueden utilizarse con distintos objetivos y funciones didácticas. En tal sentido, los foros disponibles en el aula virtual son herramientas que posibilitan, con cierto grado de flexibilidad, crear una comunicación multidireccional (entre todos: docente y estudiantes), de tipo asincrónica con retroalimentación diferida.
En los foros virtuales, al igual que en los debates de las clases presenciales, los estudiantes se comunican, intercambian experiencias e ideas, formulan preguntas, exponen situaciones, responden preguntas, sintetizan pensamientos, reflexionan y cuestionan, etc. con la intervención del docente que promueve, apoya y retroalimenta los diálogos.
En esa línea, distintas investigaciones que han estudiado los resultados de aprendizaje que emergen de las interacciones cognitivas en espacios virtuales asincrónicos, han diseÑado modelos de análisis de los debates que se desarrollan en los foros, algunos de los cuales exploran las contribuciones y aportes desde una perspectiva del aprendizaje constructivista (Gunawardena, Lowe y Anderson, 1997) y otros indagan sobre tres dimensiones de las interacciones virtuales: presencia social, cognitiva y docente (Garrison, Anderson y Archer, 2000). A modo ilustrativo, la perspectiva constructivista analiza el proceso de construcción conjunta del conocimiento que lleva a cabo una comunidad de participantes en un foro y distingue cinco posibles fases las que, por su nivel de menor a mayor complejidad cognitiva, se definen de este modo:
Nivel I: Compartir/comparar información.
Nivel II: Descubrir y explorar la disonancia o inconsistencia entre ideas, conceptos o declaraciones de los participantes.
Nivel III: Negociar el significado.
Nivel IV: Intentar la elaboración de síntesis o modificar el conocimiento co-construido propuesto.
Nivel V: Expresar acuerdos, declaraciones y aplicaciones relativos a los significados construidos (Gunawardena, Lowe y Anderson, 1997)